La ficción es delito, según el Código Penal. Más allá de toda interpretación, la última reforma de esa ley castiga la “pornografía infantil” con la realidad de la cárcel, aunque los personajes que aparezcan sean muñecos de espuma y las escenas de sexo, simuladas. Desde que entró en vigor hace un año, los fiscales pueden perseguir incluso las imágenes en las que los protagonistas “parezcan” ser menores, sin serlo, según una circular de la Fiscalía General del Estado. Esta semana, la plataforma de vídeo bajo demanda Filmin, ha retirado Klip, una película premiada internacionalmente y proyectada en varios festivales en España, por temor a esta reforma legal.
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